La historia que paso a relatarles se dio lugar entre dos familias importantes y distinguidas de Buenos Aires, una de ellas patricia y la otra muy adinerada pero no patricia. De quien hablamos, de los Anchorena que vivían en el palacio San Martín con 150 sirvientes y los Kavanagh.En el año 1920 los Anchorena mandaron a construir la iglesia del Santísimo Sacramento como futuro sepulcro familiar, hasta acá no hay nada de raro, pero veamos que sucedió.
Un miembro perteneciente a la familia Anchorena se enamoro perdidamente de una Kavanagh, el romance no era aprobado por su familia, igualmente siguieron adelante.
Corina Kavanagh en venganza decidió construir en Florida y San Martín un edificio cuya única finalidad era que impidiera la vista desde el palacio de los Anchorena a la iglesia, objetivo que aun hoy cumple el edificio Kavanagh.
Si hoy alguien quiere mirar de frente la actual basílica del Santísimo Sacramento, debe pararse en el pasaje “Corina Kavanagh” que ironía verdad.
Esta es la historia de dos familias adineradas del buenos aires de principio de siglo, que vivían entre banalidades, inmersas en un mundo distinto al resto de los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario